sábado, 2 de enero de 2010

Eva Gaos 8

A los quince años conoce Eva a un príncipe añil… fue príncipe de las tinieblas, apenas un pensamiento antes de encender los focos, ella se baña, viste y peina de ilusión y ansia, sobrevuela el parquet de casa todo el día y dinosaurios carnívoros le pisotean las entrañas por la tarde. Llega la hora, y es individuo blandiendo su orgullo tras un ramo de rosas, Eva siente un tajo en la yugular y se le hielan los muñones, los cadáveres de color le chillan, ¡culpable! Y en los ojos del añil un luminoso en el nombre del amor. A Eva se le astilla la condescendencia de quien mira en los tobillos y dejan de crecer… Calza palillos Eva, y no entiende.

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