sábado, 2 de enero de 2010

Eva Gaos 4

A los seis años encuentra un amigo, sentado en la esquina del amor, por la cola de un alacrán sostiene el cuerpo, tiene los ojos fosilizados y llora venenos que Eva guarda para endulzar la sopa. A Eva no le gusta la sopa, su madre le riñe y el colegio son horas frente a un plato tan lleno que pierde clase, por eso no sabe del verbo amar. Vence el frío liquido, y hablaba la profesora de un participio pasado presente y futuro que es más bien poco, para aprender a conjugar. Eva come.

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